Entrevista Carolina Hiribarren, exalumna generación 2008

Con gran orgullo, próximos a la celebración del Día del Patrimonio Cultural, destacamos a Carolina Hiribarren Cardoen, exalumna del Colegio San Isidro, generación 2008.

Carolina es historiadora y autora del libro infantil «Había una vez… un país llamado Chile», obra que será lanzada en el Día del Patrimonio Cultural y que busca acercar la Historia de Chile a los más pequeños, fomentando el amor por nuestra identidad y el cuidado de nuestra tierra. En esta entrevista nos comparte su proceso creativo, el impacto que tuvo su paso por el colegio en su vocación y cómo los aprendizajes vividos en la etapa escolar la impulsaron a atreverse con este primer proyecto editorial.

Cuéntanos de ti, ¿Cómo te defines y a qué te dedicas hoy?

Mi nombre es Carolina Hiribarren, soy historiadora de profesión y apasionada por la Historia en todas sus formas. He hecho clases en colegios, edición de textos, investigación, charlas de actualidad y preuniversitario. Actualmente sigo haciendo preuniversitario y estoy enfocada en el cuento infantil que estoy a pocos días de lanzar.

¿Cómo nació la idea de escribir tu primer libro infantil «Había una vez… un país llamado Chile»? 

La idea surgió a partir de un “reclamo” de mis hijos. Tengo dos niños a quienes les gusta mucho leer en la noche y cuando el mayor tenía 5 años empezó a pedirme algún cuento de Historia de Chile. Hay textos muy bonitos sobre flora, fauna, personajes históricos, pero no encontré uno que recorriera nuestra Historia de manera sintética y sencilla para niños pequeños. Quería un cuento que pudiera leer con ellos antes de dormir y que nos permitiera hablar de nuestra Historia por primera vez. De esa necesidad surgió la idea de hacer una primera presentación de Chile para niños que ubique el país geográficamente, recorra parte de su Historia y reflexione sobre cómo cuidar nuestra tierra juntos.

¿Qué te inspiró a crear una obra dedicada a la historia de nuestro país?

Me inspiró la idea de hacer un libro que encante a los niños y niñas con nuestra historia y que también los invite a abrazar y cuidar el lugar en donde vivimos. Además, pareciera que es un cuento para niños, pero tiene un mensaje profundo para los adultos, porque nos pone como narradores y sujetos activos del cuento. Es bonito pensar que los niños escucharán este libro a partir de la voz de sus padres, abuelos o profesores, quienes tendrán el desafío de invitar a los niños a conocer la Historia de Chile. Me gusta pensar que será una valiosa instancia de conversación sobre quiénes somos, de dónde venimos y la importancia de ser amables entre todos a pesar de que no pensemos todos igual. 

Cuéntanos del proceso creativo y de la investigación detrás de este libro. ¿Qué desafíos encontraste al adaptar temas históricos para niños?

Este libro me planteó dos grandes desafíos. En primer lugar, tenía que seleccionar los períodos y eventos a narrar, pues era imposible abarcar todo y tenía que ser un libro que se pudiera leer “de una vez”. Un segundo gran tema era el desafío de la objetividad. Aunque en Historia es imposible ser 100% objetivo, intenté hacer un texto que pudiera interpretarse a partir de distintas miradas y que permitiera al narrador ir adaptando el contenido. 

Siento que la manera en que quedó redactado y las preciosas ilustraciones de Bernardita Errázuriz permiten que cada página entregue mil posibilidades para incorporar información y puntos de vista. Por eso es un cuento que puede apuntar a lectores de distintas edades, pues su complejidad depende absolutamente de la manera en que se cuenta. Puede encantar a un niño de 5 años, a un adolescente, a un adulto de 40, a una persona de tercera edad.

El lanzamiento del libro será en el Día del Patrimonio Cultural. ¿Qué significado tiene para ti presentar esta obra en una fecha tan especial para Chile?

Es muy importante porque es una fiesta nacional en que celebramos a nuestro país y nos encontramos. Quise hacerlo ese día porque el ambiente que se produce va muy de la mano con el mensaje del cuento, que es conocer nuestra Historia y cuidar nuestra tierra juntos. El lanzamiento será el sábado 24 de mayo en el Museo Chileno de Arte Precolombino porque es un museo maravilloso que nos invita a valorar las culturas que nos antecedieron, muchas de las cuales siguen vivas y son parte importante de nuestra identidad. Luego, el domingo 25 de mayo tendremos cuentacuentos en dos preciosas librerías de barrio: Tripantu y Azafrán. 

Mirando hacia atrás, ¿cómo tu formación en el Colegio San Isidro influyó en tu vocación como historiadora y escritora?

Mi colegio influyó mucho en mi desarrollo profesional porque tuve excelentes profesores y una gran variedad de electivos humanistas en Enseñanza Media que me desafiaron, permitieron desarrollar el pensamiento crítico y tener una primera noción de la investigación histórica. Por otro lado, mi curso era súper creativo y diverso en intereses, así que viví rodeada de compañeras que me nutrieron y las admiro hasta el día de hoy.

¿Hay algún valor o aprendizaje adquirido en el colegio que te haya acompañado en el proceso de creación de este libro?

El colegio me enseñó a no tener miedo a fallar, había una muy buena “cultura del error” que me impulsó a probar cosas nuevas, a arriesgarme, porque mis profesores me enseñaron a entender que de los errores se aprende y crece. Fui muy feliz en el mundo de las humanidades, pero sufrí profundamente las matemáticas. Esas frustraciones también me hicieron crecer y entender que era importante buscar mi camino y desarrollarme en aquellas áreas que me interesaban y me hacían vibrar.

Participé en todo lo posible, fui atleta, hice gimnasia artística, fui parte del coro, competí en todos los debates y concursos de oratoria. El colegio siempre me alentó a participar, a intentarlo sin importar el resultado. Eso hoy es parte de mí y creo que me sirvió para lanzarme a concretar este libro.

¿Hubo alguna persona en el colegio que haya sido clave en tu camino profesional y a quién te gustaría agradecer?

Mis profesores me enseñaron la importancia de la perseverancia, la sencillez y la alegría. Hay muchos profesores que admiro y que de una u otra manera me hicieron crecer. Recuerdo con especial gratitud a Miss Paulina Respaldiza y los profesores Carlos Bustos, Rafael Ojeda, Enrique Vásquez y Oscar Hecht.

En una palabra o frase… para mí, mi colegio es…una etapa de crecimiento, aprendizaje y amistad.

¿Qué mensaje le darías a los actuales alumnos del Colegio San Isidro?

Que disfruten el colegio, los amigos, participen y se desafíen. Que sean inquietos y no vayan al colegio por cumplir, sino que aprovechen todos esos años para buscar lo que les apasiona, participando en todas las instancias de crecimiento que el colegio les da.